miércoles, 24 de marzo de 2010

Capítulo 3, Secuencia 5. Vero y Lucía y sus peculiares frases ¿Me ayudas a vestirme mami? Preparativos Operación "Espiando a Zipi-Zape"


Dos días antes del cumple de Kiara...





Son las siete y media de la mañana. Empieza un nuevo día y me temo que va a ser bastante ajetreado. Suena el despertador a la misma hora que el resto de los días, lo apago y me incorporo sentándome en la cama. A mi lado, duerme como un bendito Gonzalo, lo zarandeo despacio, y al ver que no despierta, decido meterme en la ducha la primera. ¡Se ha ganado ese merecido descanso! Primero, por su ternura y pasión conmigo y luego, por ejercer de padrazo con Cristy. Parece que su constipado debido a la trastada de la nevera industrial está remitiendo. Tras la ducha, me visto y me acerco a la habitación de las niñas, que todavía siguen durmiendo en sus cunitas. Me acerco al armario y preparo la ropita que van a ponerse hoy para ir a la guardería. Lo dejo todo listo y preparado, y vuelvo a la habitación. Abro mi armario y cojo la percha donde está colgada mi bata Vero, y con ella en la mano, procedo a bajar las escaleras en dirección a la cocina.
- ¡Yepaaaaaaaaaaaaa, esos meneos a estas horas de la mañana! - exclama Vero quejosa -. ¡Buenos días al menos! ¿no?
- ¡Buenos días, Vero! - respondí sonriente -. Ahora te bajo al armario de la cocina y te quedas tranquilita el resto del día. Bueno, si te deja Lucía descansar. Ja, ja, ja, ja. A ver de qué humor cojea hoy...
- Pasada de revoluciones cursileras como siempre - afirmó la bata en tono sarcástico -. Revoluciones cursileras con complejo Barbarista, en concreto.
- Ja, ja, ja - Reí a carcajadas -. ¡Cómo eres Vero!
- ¿Qué como soy? - contestó la bata -, yo soy encanto, ¿lo dudabas? Con sentido del humor negro y sarcástico, pero un encanto al fin y al cabo.
- ¡Pffffffff, ja, ja, ja! Pues, ¿ sabes que Bárbara se ha presentado en el hotel para uno de los puestos de Auxiliar de Protocolo? - pregunté a Vero -. Menos mal que Blanca la va a encauzar por buen camino, pero mucho me temo que la va a liar parda dentro de poco.
- ¿Esa loca está de nuevo rondando por nuestros lares? - preguntó Vero -, pues lo que nos faltaba entre ella, que por si sola ya no tiene desperdicio, y nuestra fregona Lucía con complejo Barbarella, ¡yo no se si voy a poder aguantar tanta tontería pija junta! Por cierto, la próxima vez que tengais reunión de tigres en celo, a mi me dejas en el armario de la cocina, durmiendo la mar de tranquila. ¡qué no he pegado ojo hasta que Gonzalo se fue a darle el biberón a la niña! ¡Anda que... vaya par de tigretones estáis hechos!
- Ja, ja, ja, ¡ serás exagerada, ya será menos! - exclamé entre carcajadas -. La verdad, es que lo pasamos bien, para que voy a mentirte.
- No, si ya... - corroboró la bata con cara de no haber roto nunca un plato -.
Llegamos a la cocina. Abrí el armario y cuando iba a proceder a colgar la percha donde estaba la bata Vero, Lucía saludó en plan quejoso.

- ¡Tuuuuuuuuu, ¿qué horas son éstas de despertarme? - preguntó con voz de enfado, mientras se atusaba sus tiras amarillas del recambio.





- ¿Perdona? - añadí yo -. La misma hora de todos los días. ¡Lucía, haz el favor!
- Es que estos madrugones no le sientan nada bien a mis tiras del recambio - explicó quejosamente -. Luego, me salen bolitas del estress matinal.
- ¿Y qué tal si las presentamos a las dos o será demasiado pijerío apavao junto? - sugirió la bata -. Ver a Barbarella con una fregona en la mano, tiene su aquél. Y si encima la fregona se llama Lucía, y tiene también complejo Barbarista, eso nos da un temible resultado de Barbarella al cuadrado.
- ¡Oye, tu bata venida a menos! - protestó la fregona -. ¡Qué tienes menos glamour que una cajón de zapatos lleno de polillas! ¡Ya quisieras tú tener la finura de mis tiras amarillas, y ese perfume a Nenuco del limpiahogar!
En ese preciso momento, en el cuál yo me desternillaba de risa oyendo la bestial conversación que estaban llevando a cabo la bata y la fregona, apareció Paula atravesando el dintel de la puerta de la cocina.
- ¡Viejaaaaaaaaaa!, ¿se puede saber a qué vienen esas carcajadas que a este paso me vas a reventar los tímpanos? - me pregunta Paula con cara entre somnolienta y alucinada -. ¡Se te escucha desde el piso de arriba!
- ¡Qué no me llames vieja, Paula, que te llevas una somanta collejas! ¿eiinnns? -. le contesté.
- Pero, ¿qué haces mirando ahí apavá hacía el armario de los productos de limpieza y partiéndote la caja, chavalllll! - volvió a preguntar.
- ¿Apavá?, tu si que estás apavá - respondí -. Te voy a contar un secreto: ves a la bata azul que está colgada en la percha y a la fregona que está en el compartimento de al lado? Pues, hablan, éstas dos hablan.
- ¡Tu estás mal, chavallll! A ti se te yendo la olla por momentos - exclama Paula -. ¿Me estás diciendo que el palo ese con tiras amarillas y la bata azul del año en que Noé montó a tos los animales juntos en su pedazo nave parlotean?
- Sí, y además tienen nombre - afirmé rotundamente -. La bata se llama Vero y la fregona Lucía.
- Pero, ¿tu te estás oyendo la rayá que estás soltando por tu boca? - preguntó Paula mientras me miraba con cara de alucinada -. ¿qué te dedicas ahora a bautizar batas y fregonas? Pues si que has cambiado de profesión, de Presidenta de Hotel de Grandes Lujos a sacerdotisa bautizadora de batitas y fregonas. Como baje Gonzalo, va a flipar contigo... Bueno, yo me piro al sobre que tengo los oidos flipaos de escucharte barbaridades.
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Salí de la cocina detrás de Paula, y tras estamparle una soberana colleja por lo que había dicho, subí las escaleras en dirección a la habitación de las niñas. Eran las ocho menos cuarto y había que arreglar a las pequeñas, darles el desayuno y llevarlas a la guardería. Cuando llegué observé que Gonzalo se había despertado ya, y estaba vistiendo en ese momento, a la pequeña Cristy. Kiara se encontraba intentando quitarse el pijama solita sin mucho éxito. Cuando me vió se lanzó a mis brazos.
- ¡Mamiiiiiiii, no pero!, ¿me ayudas? - exclamó Kiara moviendo los bracitos hacia arriba enredados con la camiseta del pijama.
- ¡Ven aquí, anda! - le contesté mientras conseguía sacar la camiseta y la dejaba en el baúl de la ropa sucia. Después el pantalón que siguió el mismo proceso -. ¡Mira que vestidito más chuli te va a poner mami para ir al cole? Por cierto, ¿De quién va a ser el cumple el domingo, eh?
- Sí es chuli, mami. De Kiaraaaaa - gritó sonriente mientras levantaba su bracito. Papi, ¿verdad que va a ser el mío?
- Por supuesto que si, Princesa - afirmó Gonzalo mirando a su niña grande con expresión de baba caída -. Y vas a tener una fiesta super, porque mi niña se merece que su papi le prepare la mejor de todas las fiestas. Bueno, y tu mami también, ehhh? - añadió mientras me miraba guiñándome un ojo y una sonrisa de oreja a oreja.
- ¿Y sabes quién va a venir a tu fiesta Kiara? - le pregunté con carita picara como de adivina adivinanza -. A ver, ¿quién puede ser?
- ¿Tito Al y Tita Bea con Carly? - preguntó Kiara con carita de saber si había adivinado la respuesta -. ¿Si, mamiiii?
- ¡Caly! - exclamó de pronto Cristy -. ¡Pimita Caly!
- Pues sí, va a venir el tito Al y la tita Bea con Carly - respondí afirmativamente -. Pero también van a venir la tita Caye y el tito Nacho, el tito Diego y la tita Adriana, Chusa con jota y Beckham, Elena con Guti y sus niños, Benito con su novia, cosa que no se como le va a sentar a Paula que su rubiales venga con otra, pero en fin. Aunque igual nos da una sorpresa, últimamente, desde la fiesta universitaria viene con un brillito en los ojos, que para mi que ha conocido a alguién especial.
- ¡Ya lo veremos, pero que cotilla te has vuelto, ja, ja, ja! - exclamó Gonzalo, quién poco después de tan desafortunado comentario recibió como respuesta un almohadonazo que le lancé mientras le miraba con ojillos pícaros y divertidos.
- ¡A mi no me llames cotilla, ehhh!.- dije apuntándole con mi dedito amenazador en plan vacileo, y acercándome a él peligrosamente, con objeto de hacerle cosquillas. Guiñé un ojo a las niñas en plan divertido haciéndolas complices de la trastada, y las tres nos lanzamos hacia Gonzalo a hacerle cosquillas, acabando los cuatro riendo a carcajadas.- ¡A por papiiiii, niñas! ja, ja, ja, ja.
De nuevo se oyó un coro de risas inundando las paredes de aquella habitación. Al momento una Paula adormilada se asomaba por la puerta y con su particular forma de hablar nos decía:
- ¡De verdad, que estáis pa que os encierren en un loquero, chaval! .- exclamó moviendo la cabeza como negando lo que veía ¿Se va a poder dormir en esta casa? ¡psss, Sandokan que se te ve el plumero!
Esta vez la almohada voló de manos de Gonza hacia Paula para que callara la boca, y yo no hacía más que reírme a carcajadas con las niñas, ante esa situación tan divertida. Acabamos de arreglar a las niñas, vestirlas, peinarlas y bajamos a la cocina a desayunar. Gonzalo colocó a la pequeña Cristy y a Kiara en sus respectivas tronas, y después me ayudó a preparar el desayuno de los cuatro, ya que Paula se volvió a su habitación a volver a conciliar el sueño. Mientras yo le ponía a Kiara su leche con cereales y su zumo de naranja recién exprimido, Gonzalo preparaba el bibi de Cristy, la cual le miraba con carita de hambre desde su trona:
- ¿Papi, bibi paito criti, si? .- preguntó en su lengua de trapillo, mientras sus ojazos verdes se abrían como platos. Se me caía la baba con mis dos niñas, ¡me tenían el corazón ganado!
- Aquí tiene su bibi, pequeña princesa Cristy templaito como a usted le gusta.- contestó Gonzalo al tiempo que le hacía una carantoña a la niña que la hizo reír a carcajadas. Hecho que provocó que con su manita golpeará el plato de cereales de Kiara y éste saliera volando en dirección al féliz papa, cubriéndolo enteramente de copos de maíz tostados, a lo largo de su traje.
Levantó la mirada hacia mi, con un aspecto tan cómico que no podía parar de reír al verlo. Decidió que tenía que cambiarse de traje, pues no era plan de ir así a trabajar. Subió a la habitación y a los pocos minutos, bajaba de nuevo con otro de sus trajes chaqueta puestos. Mientras las niñas acabaron de desayunar y jugaban en sus tronas con sus juguetes. Me esperé a que Gonzalo bajara y desayunamos los dos, tostadas de tomate, aceite de oliva y sal, zumo de naranja recién exprimido y café con leche. Recogimos entre los dos la cocina, y pusimos los abrigos a las niñas, pues era invierno y hacía bastante frío. En las noticias avisaban de posibilidad de nieve en las cercanías. Las pusimos en el carro para dos bebés, y nos fuimos hacia el hotel, dispuestos a comenzar una jornada nueva.
Cuando llegamos al hotel, nos dirigimos a la guardería donde dejamos a las niñas, y luego, nos despedimos con un tierno beso los dos, antes de marchar hacia nuestros respectivos despachos. Al entrar saludé a Isa y a Lau, que en este momento estaban reunidas tomando café con Mamen y Ana W. Les indiqué que en cuanto terminaran, tenían que avisar a Majemar, Nati, Coci, Aurora, Blanca y que luego ellas explicarían a sus subordinadas, para que asistieran a la reunión que teníamos pendiente. Era importante que asistiera una de los ejecutivas que formaban parte del dpto de Marketing. Máxime en cinco minutos daría comienzo dicha reunión. Solicité que asistiesen todas ellas con su walkie respectivo. El tema era importante... En cinco días, se iba a desarrollar un desfile de trajes de baño de la casa Belcor y habían elegido nuestro hotel para el desarrollo de tal evento. Todo tenía que quedar organizado y no podíamos jugarnos el tipo por un error tonto.

------------------------------------------------------------------------------------------------- Nota al margen (dedicatoria): Esta secuencia y todo lo que se incluye dentro de la misma, va dedicada a todas las que en su día formaron parte de la Operación Beatrix Revolution: "juntemos a los tortolitos", con la cuál pasamos ratos estupendos jugando a los SpyAls (espiando a Alvarito), dentro de la Comunidad de Bea, en especial a la Comandante Dunai, que con su gran imaginación supo integrarnos en esta gran locura ¡Va por vosotras, SpyAls!
En mi despacho, a dos días del cumple de Kiara...



Entré a mi despacho, y consulté mi agenda del día, vía outlook, a través de la cual, Isa, mi secretaria de Presidencia, se encargaba de confeccionar el listado de tareas y eventos a realizar diariamente, y a notificarme las reuniones que debía mantener. Al momento, llegó Bea, con una taza de café entre las manos, lista para acometer cualquier imprevisto del día. Llamé por teléfono a Nati, y le pedí que trajera un desayuno brunch tipo buffet para las personas que iban a asistir a la reunión, en la sala destinada a tal efecto. En díez minutos iba a dar comienzo. Después, solicité a Isa y a Lau que fueran preparando todo el material de oficina que se pudiera necesitar: bolígrafos, folios, carpetas, documentación, las fotocopias con los códigos que debían aprenderse, etc. Iba a ser un desayuno de trabajo.

Díez minutos después, empezaban a llegar las personas que iban a formar parte de la misma. Primeramente, entraron Nati y Cocinitas, que arribaron con dos camareras y dispusieron la vajilla en la mesa de reuniones, y en la mesita auxiliar, los termos de café normal y descafeínado, así como de agua caliente para las infusiones, los delicatessen, frutas variadas y todo lo necesario, para que disfrutaramos de ello mientras acontecía la reunión. Al ser tipo buffet, cada uno se serviría lo que considerase oportuno de la mesita auxiliar.

La siguiente en llegar fue Blanca, y junto a Isa y Lau, se pusieron a preparar los dossiers que contenían toda la documentación necesaria para la organización del evento. Incluía diversos cronogramas, planos del hotel, croquis de movimientos con detalles explicativos, de qué, cómo, cuándo, dónde, y sobretodo quién debía ocuparse de una misión en concreto. Por otro lado, también venía cargada con una caja abierta en su parte superior que contenía walkies - talkies y buscas, que íbamos a necesitar con objeto de estar operativas y en comunicación. Después, Lau volvió a su despacho con objeto de ir recibiendo al resto de asistentes a la reunión. Isa y Blanca mientras repartieron sobre la mesa un dossier por asiento, además del resto de material de oficina repartido anteriormente.

El paso siguiente era colocar las precedencias de la mesa y los cartelitos delante de cada uno de los asistentes con su cargo correspondiente. No sólo iban a asistir las jefas de cada departamento sino que necesitaba que todas las que integraban el grupo asistieran, a falta de una en cada uno de ellos, que se haría cargo en ese momento de que no faltara nada en el servicio correspondiente. Era importante que cada persona supiera actuar en cualquier imprevisto que nos pudiera surgir, que se aprendieran las contraseñas y códigos para que la comunicación fuese ágil y se acudiese con la mayor rápidez posible en caso necesario. Pero claro, también iba a ser una reunión muy divertida, el hecho de que se tuvieran que aprender los códigos y contraseñas al estilo militar o de espionaje, más lo segundo que lo primero, hacía presagiar un momento a recordar por mucho tiempo. Le pedí a Blanca que me mostrara el listado de asistentes, así como el plano donde quedaba reflejado el peinado protocolario de la mesa (orden de precedencias establecido).

Me entregó en mano la lista de asistentes, y vi que 27 personas ocuparían asiento en la mesa imperial que teníamos en la sala de reuniones:

  • Sandra, Presidencia del Hotel.
  • Bea, Directora del Hotel.
  • Isa, Secretaria de Presidencia.
  • Lau, Secretaria de Dirección.
  • Mamen_m, Contable.
  • Ana, Secretaria Ejecutiva del Dpto Marketing, Publicidad y Relaciones Públicas.
  • Majemar, Gobernanta
  • Blanca, Jefa de Protocolo.
  • Aurora, Jefa del Departamento Masajes, Aromaterapia, Baños de barro y aguas termales
  • Marta Bello, Jefa de Monitoras de natación y socorristas.
  • Nati, Maître
  • Coci, Chêf de Cuisinne (Jefa de cocinas)
  • Denia, Sumiller
  • Rilla, Jefa del equipo médico, y traumatólogo.
  • Luisi, Brigitte, Penélope y Mony, camareras de piso
  • Miss, Pattry, Akisa y Dunai, Masajistas.
  • Sofía, monitora de natación.
  • Cristina Huete, Socorrista.
  • Erica, Auxiliar de protocolo
  • Ibel, fisioterapeuta
  • Sisona, enfermera.

La mesa quedaría organizada de la siguiente forma (veáse fotografía):

file://[URL=http://img269.imageshack.us/i/mesacomposiciondereunio.png/][IMG]http://img269.imageshack.us/img269/5477/mesacomposiciondereunio.png[/IMG][/URL]

El menú del Desayuno Bruch estaría compuesto según lo previsto en las fotos que se adjuntan:

file://[URL=http://img202.imageshack.us/i/mesaauxiliarcatering.jpg/][IMG]http://img202.imageshack.us/img202/568/mesaauxiliarcatering.jpg[/IMG][/URL]

Y siguieron llegando y poco a poco fueron ocupando sus asientos. Venían con una conversación la mar de animada para ser las primeras horas de la mañana.

- Tengo curiosidad por saber de qué se trata la reunión, pues he visto a Blanca con una caja llenita de walkies hasta los topes.- dijo Dunai especialista en masajes orientales y tratamientos con barros, y con un carácter tipo terremoto.- ¡se intuye la mar de divertida! Apuesto a que Sandra nos tiene preparadas algunas sorpresas...

- ¿Cómooo? ¿qué me estás contando, una caja entera de walkies?.- preguntó Aurora, Jefa del departamento de masajistas.- ¡ja, ja, ja, ja! ¿para qué querrá tanto walkie? Aunque creo que vamos a tener que controlar a cuatro que yo me se...

- ¡jajajajajajajaj!.- rieron a carcajadas Miss, Pattry y Akisa.- ¡Seguro que es eso...! ¡Atención, atención, Zipi y Zape haciendo de las suyas, acudan a recepción que esas dos se rebotan...! .- añadió Miss, modulando la voz como si fuera la voz en off de información en un supermercado gritando ofertas.

- No me extrañaría en absoluto, que por ahí fueran los tiros ¡a mi me llevan por la calle Amargura esos cuatro, me pego unas carreras por el hotel, y qué casualidad que siempre la están liando los mismos.- dijo Majemar que llegaba acompañada de su grupo de camareras de piso.

- ¡Pffffffff! ¡Tiene toda la pinta..., si que si! .- afirmó Luisi, la camarera de piso de la planta VIP, por cierto, que hoy estaba Chuse perdida por los pasillos de mi planta, porque se le había olvidado el número de habitación del cliente, al cuál debía entregarle una documentación que había llegado y la muy loca, se ha metido en la que no era, y ha tenido que salir por patas, jajajajajja. Por lo visto, ha pillado al cliente saliendo de su ducha ¡Es un despiste integral para encontrar habitaciones... ahora para localizar el despacho de Marketing es la más lista del mundo!






lunes, 22 de marzo de 2010

Capítulo 3, Secuencia 4. Preparando el bibi de Cristy.

Los lloros de Cristy a través de los walkie, nos avisaban de que era la hora de su biberón. Gonzalo, en un detalle caballeroso, se ofreció voluntario a desempeñar esa tarea de papá feliz, dejándome descansar. Se le veía risueño y tierno, y a decir verdad, le encantaba pasar tiempo y disfrutar de las niñas, así que sonreí, di media vuelta y contínue durmiendo. Desde la habitación podía oír la conversación o más bien el diálogo de besugos entre el papi Gonza y su niña Cristy, hecho que hizo asomar una tierna sonrisa a mi rostro.
- ¡Holaaaa, mi peteñaja! - saludó Gonzalo a Cristy, que estaba de pie en la cuna haciendo pucheritos-. ¿quién se ha despertado?
- Crity - contestó llorosa la pequeña, mientras se atusaba su pelo revuelto -. ¡Papiiiiiiiii, bibiiii! Teno ame... -. dijo frotándose la barriguita.
- Pues si tienes hambre, habrá que darte de comer, ¿no? - afirmó Gonzalo mientras cogía en brazos a la niña -. Vamos a la cocina a preparar el bibi de mi princesa -, anunció mientras le acariciaba su pelo negro liso que tanto le recordaba al mío, Kiara sin embargo, había heredado los rizos de Gonzalo. En cuanto al color, Kiara lo tenía castaño como yo, y Cristy, negro como su padre Gonzalo.
Echó un vistazo a su niña grande, como así la llamaba, que dormía a pierna suelta en su cama - cuna. Dentro de tres días sería su cumple y le iba a dar la mejor fiesta que podía imaginarse. Bajó las escaleras con la niña en brazos, mientras continuaba su divertida conversación, en dirección a la cocina.
- ¡Papiiiiii, muaaaaa! - dijo Cristy mientras lanzaba besitos en su manita mirando a Gonzalo, y éste la dejaba sentada en el banco de la cocina, apresurándose a preparar el biberón de la pequeña.
- ¡Muaaa, mi princesa! - contestó Gonzalo, dándole un besito tierno en la frente -. ¿A qué me vas a ayudar a preparar el bibi? ¿A qué si? Porque mi Cristy es muy lista, y sabe como se hace, ¿verdad? A ver, ¿qué ponemos primero?
- ¡Ava! - afirmó Cristy toda segura de si misma.
- ¡Muy bien, ponemos agua! - aplaudió Gonzalo animándo a la niña a continuar. ¿Y ahora?
- ¡eche! - añadió Cristy -. ¡ora eche porvos!
- ¡Eso es, ahora va la leche en polvo! ocho cacitos en total ¿contamos? - animó Gonzalo a nuestra hija.
- Uno, doz, tessss, cato, cico, seis, sete, y oto - contestó Cristy mientras se señalaba los deditos que marcaban el número indicado -. ¡Biiieeeeennn! -. gritó haciendo palmitas con sus manos. ¡bavooooo!
- ¡Olé, qué bien sabe contar mi princesita! - aplaudió Gonzalo haciendo que Cristy hiciese más palmitas, hecho que provocó una tierna sonrisa en la cara del feliz papá. A veces se sorprendía en lo despierta que era la niña, y lo rápido que estaba aprendiendo a hablar. El hecho de ir a la guardería tan pronto había provocado que su aprendizaje fuese a una velocidad mayor de la habitual para una niña de su edad. ¡Entre lo que aprendía por si sola, y lo que le enseñaba su hermana Kiara con el resto de niños de la guardería, Cristy chapurreaba en su lengua de trapillo cada vez más palabras, provocando sonrisas y ternura en los mayores que la escuchaban! Y después de la leche, ¿qué ponemos?
- ¡Ailla! - aseguró Cristy con cara de circunstancia.
- ¡Exacto, ahora ponemos la papilla, ocho cacitos más! - contestó Gonzalo -. Ya está. Ahora, cerramos el bibi y lo batimos bien, para que no haya grumos, y lo metemos en el micro para que esté...
- ¡paito! - dijo Cristy aplaudiendo.
- ¡Sí, señorita, para que esté templaito! - contestó un sonriente Gonzalo.
En ese mismo instante, llegó hasta la cocina el sonido de cierre de la puerta principal. Paula llegaba de su fiesta universitaria con cara de cansada pero feliz. ¡Se lo había pasado bién y había conocido a alguien! Sin duda, recordaría esta fiesta durante largo tiempo. Dejó las llaves en el mueble del hall, y se acercó hasta la cocina, para beber un poco de agua antes de retirarse a dormir. Al entrar observó la conversación que Gonzalo mantenía con Cristy, y no pudo por menos que sonreir.
- ¡Hola Sandokan! ¿Ejerciendo de viejo con la pitufa? - Saludó Paula como si tal cosa.
- ¡Paula, que la tenemos!, ¿eiiinss? - Contestó Gonzalo mirándola como si la riñiera.
- ¡Tataaaaa! - saludó Cristy mientras movía su manita -. ¡Muaaaaaaa!
- ¡Hola trastillo! - contestó Paula el saludo de la pequeña-. ¿Pero dónde has metido la cabeza para llevar esos pelos, en un enchufe? Gonzalo, como te vayas a la parra, la niña ésta va a parece un punky de los ochenta. ¡Sólo le falta que le planten el pelo a colores! jajajaja.
- ¡Papiiii, bibiiii paito, ¿ya? - exclamó Cristy con carita de hambre. ¿si?
- Sí, ya está templaito el bibi de mi princesa - contestó Gonzalo sacando el biberón del microondas y dándoselo a la niña, quién procedió a tomarselo ipso facto. Momento en que aprovechó su papi para cogerla en brazos y llevarla de nuevo a la habitación. Se despidió de Paula y subió las escaleras. Entró en la habitación de las niñas y se sentó en la mecedora para que Cristy se terminara su biberón. La niña por el cansancio quedó dormidita al término del mismo, y tras darle un besito en la frente, la acostó en su cuna, tapándola con la sábanita y el acolchao. Le puso su muñeco favorito entre sus manitas, y le dió las buenas noches. Acto seguido se dirigió a nuestra habitación y se acostó de nuevo, durmiendo hasta que sonó el despertador.
Dos días antes de la fiesta de cumple...

miércoles, 3 de marzo de 2010

Capítulo 3. Si tu eres mi tigretón y yo soy tu tigresa. Vero, Lucía, Sonsoles y los 1-1-2. ¡Vaya tela con el mosquito!

De repente, me desperté. Nos habíamos quedado los dos dormidos en el sofá debido al cansancio y el stress laboral. Me moví despacio para no despertarle y observé como dormía. Acaricié su barbilla, mientras acercaba mis labios y le dejaba en los suyos un dulce beso ¡quién pudiera estar así el resto de nuestras vidas, con lo que habíamos pasado los dos! Ahora disfrutábamos de una felicidad que daba miedo que se rompiera en cualquier instante, por cualquier tonteria. Las niñas estaban acostadas ya desde hacía rato, y dormían placidamente; Paula todavía no había llegado, estaba de fiesta universitaria, e imaginé que tardaría bastante en regresar; quedaba una hora y media para el bibe siguiente de Cristy, y me apuré hacia la cocina, no sin antes susurrarle a Gonzalo en su oído un te quiero, tan sentido... ¡que me salió del alma! Me puse a quitar el fregado de la cena, el lavavajillas haría el resto, y volví al salón donde seguía durmiendo a pierna suelta mi Gonzalito.


- Gordiiii, cielo. ¡Vamos a la habitación que te va a entrar dolor de cuello como sigas durmiendo aquí! - dije intentando despertarle de su sueño-. Venga que te ayudo a subir, dormilón.

- ¡Ehhh! - exclamó mientras abría un poco los ojos -. ¡Hola, princesa mía! ¡Humm, me toca mi dosis de medicina! - susurró tiernamente, se acercó, rodeo con sus brazos mi cintura y nos besamos acaramelados durante unos minutos-. Te suelto si me prometes que vas a dormir abrazada a mi toda la noche.

- Te lo prometo - dije con cara entre pícara y divertida -. Tengo que pasar la escoba y el mocho por la cocina antes de ir a dormir -. Adelantate, que voy enseguida contigo. No tardo ni cinco minutos.


- ¿Vas a ponerte la bata? - preguntó con ganas de juego -. Ya sabes que me encanta cuando tu alter ego de Sonsoles sale de su escondite. Y verte con esa bata puesta, me trae muchos recuerdos...

- Ja, ja, ja - reí alegremente -. Luego subo con ella puesta, y si quieres jugamos a lo de "Si tu eres mi tigretón y yo soy tu tigresa" - le propongo.

- ¡Ya estás subiendo! - exclamó animado -. ¡Tigresa míaaa! Se me va a curar hasta el constipado, ¡si cuando yo digo que eres mi mejor medicina!

- ¡Venga, campeón! - le animé -. Espérame arriba que no tardo nada.

Me dirigí con paso firme y rápido hacia la cocina, con una sonrisa de oreja a oreja provocada por la conversación con Gonzalo. Abrí el armario donde guardo los productos y utensilios de limpieza, saqué el cubo, lo llené de agua y le puse dos tapones de limpiahogar con olor a Nenuco. Había niñas pequeñas en casa, y este olor me producía ternura, pues me las recordaba. En una percha colgada en el armario estaba Vero, mi bata azul, que tenía la carita somnolienta y en el apartado de la derecha estaba Lucía, mi mocho. Mis compañeras de fatigas durante mi etapa como Sonsoles Prieto dentro de Bulevar 21. Lucía, ya estaba haciendo de las suyas, intentando golpear con las tiras amarillas del recambio a la pobre escoba que permanecía a su lado. Vero en cambio, intentaba conciliar un poco de tranquilidad y conseguir dormise.

- ¡Quitaaaaaa, escoba de tres al cuarto! - gritaba Lucía, mientras golpeaba a la escoba -. ¡Que me tapas la poca vista que tengo desde aquí, con esos pelos de erizo que me llevas! ¡Anda que pareces un punky con ese peinado!

- ¿Cómo está mi bata favorita? - pregunté descolgándola de la percha y mirándola con cara divertida.

- Con sueño - me contesta toda seria -. ¡Para qué te voy a mentir! Desde luego, se te ocurren unas horas para limpiar la cocina, que es pa darte un premio.

- Pues, tengo entonces malas noticias para tí, Vero. Vas a tener que hacer horas extras - añadí riéndome -. Al señor Gonzalito se le acaba de antojar que le haga una actuación magistral como Sonsoles Prieto. Y yo a mi tigretón, no se las niego ni en sueños. Voy a necesitar tu ayuda para dicha actuación.

- ¡Ufffff! ¿Qué me estás contando, qué voy a ser testigo presencial de vuestro jueguecito loco ese de los tigres? - me pregunta con cara de guasa -. Pues nada, que se le va a hacer, si no me queda otra, ¡no?

- Más bien, pero calladita, eiinss? - le afirmé -. Testigo muda vas a ser por la cuenta que te trae.

- Eso, ¡y encima con amenazas, ya te vale, Sandrita! o ¿ya estoy hablando con la mismisima Sonsoles? - dijo sarcásticamente -. Lucía, deja de darle golpecitos a la escoba, que me tienes las solapas locas con tanto ruido.

- ¡Ja, qué te lo has creído estúpida escoba que vas a tener más sitio que yo en este lugar! - exclamó el mocho con toda su cara -. Pues no, señorita, que sepa usted que está hablando con la fregona más especial y con más personalidad del mundo mundial. Y necesito mi camerino propio, como las grandes estrellas de Hollywood. ¡toda llena de pelusillas que va, por el amor de Dios, qué ajjcooooooo!

- Mira, ¡si que me ha salido sibarita la fregona! - dije sorprendida - . ¡Te quieres callar ya, que no callas ni bajo el agua! Que un día te me ahogas de tanto hablar y se te acaba el oxígeno. Pues si, Vero, ya estás hablando con la mismísima Sonsoles. Bueno que, ¿nos ponemos las pilas ya? Cuanto antes limpiemos el suelo de la cocina, antes hago mi actuación, y antes os vais a descansar. Vero, hija, hay que ver que de arrugas que me llevas, ¡yo plancha que te plancha y tu, arrugas que te arrugas!. ¿Sabéis quiénes vienen este fin de semana para el cumpleaños de Kiara? Toda la tropa que formaban los 1-1-2. ¿os acordáis?

- ¡Hummm! - dijo Vero pensativa -. ¿no me digas que viene Chusa, Elena, Marga, Benito, y el resto de la tropilla? Je, je, ¡qué gusto verlos de nuevo! ¡aysss, qué recuerdos esas reuniones en el baño de Bulevar 21, con los 1-1-2 intentando ayudar a quién necesitara de una mano amiga! Soluciones yo creo que se aportaron bastantes, pero lo mejor de todo es que se compartían penas y alegrías entre los miembros asistentes al mismo. ¡Siempre haciendo frente común a Barbarella y sus peculiares frases!

- ¡Pues a mi Barbarella me caía muy bien! - afirmó la fregona mientras se atusaba sus tiras amarillas -. Tiene estilo, sabe vestir de maravilla, es sofisticada...

- ¿Adivina a quién se le parece? - preguntó Vero irónicamente -. ¡Almas gemelas, son almas gemelas! Sonsoles deberías presentarsela formalmente, yo creo que se llevarían de maravilla las dos.

Saqué la escoba y el recogedor del armario y me dispuse a barrer el suelo de la cocina lo más rápidamente posible. Después, saqué a Lucía del armario con objeto de fregar el suelo, por lo que le indiqué que se diera una suculenta ducha en el cubo preparado con anterioridad y se escurriera como ya sabía hacerlo. No había vez que viera este momento, que no se me saltaran las lágrimas de tanto reírme. ¡había que reconocer que Lucía era muy graciosa, muy pija también, pero tenía unos puntos divertidísimos! Cogió carrerilla, se metió en el cubo, y dando unas graciosas vueltas sobre si misma procedió a escurrirse, luego se dispuso a practicar su deporte favorito: el patinaje artístico. Al finalizar la limpieza de la cocina, procedí a introducir a Lucía en el armario, junto con el cubo ya vacío del agua utilizada. Y con Vero puesta sobre mi persona, procedí a subir las escaleras que accedían a la planta superior de la casa, en dirección a la habitación de las niñas. Me asomé, y vi que ambas dormían como angelitos. Sonreí, y Vero, sonrió también. Acto seguido, tras juntar la puerta de la habitación de las niñas, caminamos hacia mi dormitorio.

Toque a la puerta, y pregunté a Gonzalo si estaba visible, haciéndole saber que estaba lista para nuestra noche romántica. El juego de la tigresa y el tigretón lo comenzamos durante el tiempo en que tuve que hacerme pasar por Sonsoles Prieto, y a ambos nos traía recuerdos muy agradables. Vero, también estaba lista, aunque resignada a ser testigo de esta escena ¡no le quedaba otra! No se por qué pero intuía que iba a liar alguna de las suyas. Y yo no estaba dispuesta a que Gonzalo creyera que había pérdido de mi cabeza unos cuantos tornillos, pensando que hablaba sola cuando lo estaba haciendo con la bata. Total, si le cuento que la bata habla, tampoco me va a creer. Debía tener previsto alguna estratagema por si acaso a Vero se le ocurriese hacer alguna trastada ¡Y menos mal que la tenía preparada!

- ¡Hola, tigretónnnn! - saludé abriendo la puerta, mientras giraba mi cara hacia el marco de la misma, juntando mi barbilla con mi hombro y mostraba la más picara de mis sonrisas -. ¡Jiii! - dije escapándoseme una risa floja, gesto que siempre repetía como saludo en nuestros encuentros.

- ¡Hola, tigresa mía! - contestó Gonzalo mientras se acercaba hacía la puerta con los brazos tendidos, hasta llegar a mi altura. Me rodeó la cintura, y comenzó a besarme sin tregua; tirando de mi, me fue llevando hasta nuestra cama. Sus manos no dejaban de recorrer mi cuerpo, llenándome de caricias. Sus labios depositaban en los míos, los besos más tiernos y apasionados. Yo, me dejaba llevar disfrutando de cada segundo.

- ¡Aysss, qué me estrujas! - exclamó Vero con todo su arte -. ¡Sonsoles, luego di que me arrugo como una pasa y me tienes que planchar! Por el amor de Dios, ¡qué achuchones! Si es que no puedo ni respirar, ¡eh eh eh eh, qué corra el aire, qué me asfixio!

- ¡shhhhhhh, Vero, cállate por lo que más quieras! - susurré bajito para que la bata se callara.

- ¿Vero, quién es Vero? - preguntó Gonzalo mirándome con cara extrañada. Sonsoles, estás de un raro últimamente.

- Vero, vero, ¡qué tanda de verónicas hizo ayer José Tomás en Olivenza! - dije yo intentando salir del jardín donde me había metido, y dándole un golpe a la bata, como primer aviso -. ¡Impresionante! Suspiré, dejándole caer mis besos desde su hombro en dirección a su cuello. ¡hummm, mi amor, cómo me gusta el olor de tu piel!

Gonzalo me atrajo hacia él fuertemente haciendo que sintiera su cuerpo totalmente ceñido al mío. Mientras me susurraba un apasionado te quiero en mi oído, mosdisqueaba el lóbulo de mi oreja, provocando en mi una excitación mayor. Estiré mi brazo que rodeaba su cuello por encima de su hombro y lo subí perdiéndome entre sus rizos. Sujeté con fuerza su cabeza y volví a besarlo en los labios. Momento en que aprovechó para ir desabrochando los botones de la bata al tiempo que yo hacía lo propio con los de su camisa. Justo en ese instante, Vero decidió liarla parda.

- ¿Hace falta que me pellizques cada vez que desabrochas un botón, einss Gonzalito? - preguntó sarcásticamente la bata mientra gruñía por lo bajini -. A este paso, me descose los ojales.

- ¡Y daleeeeeeee, que no callará, einnss! - exclamé sin percatarme de la cara de sorpresa que me estaba poniendo mi Gonza -.

- ¿Cómo? ¿Quién no callará? ¿Estás bién? - preguntó Gonzalo con cara de preocupación, sin dejar de abrazarme, y recorrer mi cuello beso a beso.

- Si, Gonza, si - afirmé quedamente mientras golpeaba por segunda vez consecutiva a la bata para que cerrara las solapas de una vez por todas -. ¡El mosquito cojonero este que acaba de entrar, que no para de zumbar alrededor mío! ¡qué golpetazo que me he dao, leñes!

- ¿Mosquito, qué mosquito? - insistió Gonzalo mirándome entre extrañado y divertido -. Yo no veo ni oigo ningún mosquito. ¡Ayys, Sonsoles siempre tan divertida! - exclamó mientras con una suave caricia hacía caer desde los hombros al suelo la bata que llevaba puesta.

- ¡Esooooooooo, tírame al suelo como si fuera una colilla! - gritó a lo desesperado Vero -, desde luego, me está entrando un complejo de kleenex, de usar y tirar. ¿Para esto quería que me subieras como testigo, para acabar tirada en el suelo? ¡Andaaaaaaaa, Sonsoles ya podrías enseñarle modales de como se trata a una dama bata! ¡NIñoooo, cuelgame en una percha que para eso están!

- ¡Gonzalo, espera un momento! - dije desesperadamente -, ¡qué hartura de bata eiiinsss! Me tienes contenta, Vero. ¡Vaya tela! - añadí metiéndola en el armario de la habitación colgada de una percha. Me giré y volví donde me esperaba Gonzalo -. ¿Dónde nos habíamos quedado? ¡Ahh, sí ya me acuerdo! - dije sin parar de besarle, fundiéndome entre sus brazos y haciéndole caer sobre nuestra cama. Las horas pasaban, y el verbo amar se hizo presente en su más extenso y profundo significado.



Capitulo 2. Zipi y Zape y la nevera industrial. Entrevistas a Auxiliares de protocolo. "Espiando a Zipi - Zape". Preparativos Fiesta de cumpleaños.

Recuerdos: La bata Vero, la fregona o mocho Lucía y Sonsoles nos hablan de los 1-1-2,
cómo se organizan, quiénes lo forman, y su lugar de reunión.
Tres días antes de la fiesta...

Es la hora del almuerzo, y me dispongo a recoger a Blanca para ir a comer juntas. El objetivo, ponerme al día sobre las entrevistas para la selección de las dos auxiliares de protocolo, la de los vigilantes de seguridad, contarnos anécdotas varias y sobretodo, disfrutar de una buen arroz con costra, acompañado de un excelente Albariño. Además, le iba a encargar la organización y planificación de la fiesta de cumple de Kiara, seguro que a ella se le iban a ocurrir ideas muy divertidas para los peques y para los mayores.

- Blanca, ¿estás lista? - pregunté mientras abría la puerta de su despacho lentamente.

- Sí, ya terminé con las entrevistas. Te tengo que contar mientras almorzamos - me dice con cara sonriente, más bien a punto de soltar una carcajada.

- Me temo lo peor, no se por qué pero me temo lo peor, y además, me imagino por quién - afirmé con toda seguridad, poniendo cara de ¡ojalá me equivoque! -. ¿Qué tal la barbierubia? ¿supo contestar o directamente se fue por los cerros de Ubeda sin dejar de soltar algún que otro disparate?

- ¡Dios mío, parece que hayas estado presente en la entrevista o que ya la conocieras de antes! - me contesta en un tono de sorpresa -. Lo segundo, más bien, se fue por los Cerros de Ubeda, pero es la mar de divertida.

- ¡Me lo temía! ¿divertida? - pregunté con cara de extrañeza -. Pues me tienes que contar esa diversión en que consiste, porque a mi me exasperaba, tiempo atrás. En fin, tu sabrás lo que haces, es tu departamento, pero sabes que nos jugamos mucho con la presentación de esta colección. Viene prensa internacional a cubrir el acto, y una barbieloca haciendo locuras por el hotel, como que no nos conviene. Ya tenemos bastante con las dos cabras locas de recepción.

- No te preocupes que la meto en cintura - me asegura -. Voy a hacer de ella una profesional en esto del protocolo. No vas a tener queja ninguna, aunque antes si hace falta se lleva un escarmiento.

- Bueno, pues entremos a comer, ¡qué tengo un hambre de lobos! - le contesté asombrada por la afirmación que acababa de asegurar. Aquí viene Nati, tenemos mesa reservada, así sin problemas de espera, jajaja. ¡Nati, nuestra mesa por favor! - dije saludando a la Maître del hotel.

- ¡Enseguida, Sandra u ¿hoy te tengo que llamar Sonsoles? - exclamó divertida.

- ¡Humm, de momento Sandra está bien, cuando llegue la parte de contar anécdotas sacaré a mi alter ego tan estupenda! - Bromeé riéndome. Por cierto, tenéis que contarme la de la nevera industrial, que ayer Maje entre gruñidos y carcajadas, no pudo detallarme nada, por lo que me enteré por encima de la situación. Parece que Zipi - Zape la liaron bien ayer por la mañana.

Llegamos a la mesa indicada, nos sentamos Blanca y yo a esperar que nos sirvieran esa delicia de vino Albariño que había solicitado de antemano.

- ¡Qué hambre tengo! - afirmó Blanca -, me comería un buey entero, aunque ese arroz con costra no se lo salta un romano.

Denia, nuestra sumiller, se acerca botella de vino en mano e indicando al camarero que iba a atender nuestra mesa, que dispusiera todo lo necesario en la mesita auxiliar de al lado. Me mostró la botella, la abrió y la dejó reposar en el interior de una cubitera para que tomase la temperatura ideal. Momento en el cual aprovechó para saludarnos.

- ¡Hola Jefa! ¿Cómo lleváis la mañana, más tranquila de la de ayer? - pregunta jocosamente -. ¡Vaya tela la que liaron Pelé y Melé ayer en la cocina! -añadió soltando una sonora carcajada -. Esos dos cubiertos de la escarcha de la nevera industrial con cara pollo congelao, tiritando de frío eran un poema, ja, ja, ja.

- ¿Quién les habrá mandado meterse ahí? Si es que vamos - exclamé sin poder parar de reir-. Pues luego le costó quitarse el frio del cuerpo, no veas los tiritones que daba en casa. Cuatro mantas más el edredón le tuve que poner encima, vamos que ni los pollitos para salir del cascarón. Hoy lleva un catarro que ni te cuento. El pobre no para de estornudar. Pero contarme que pasó exactamente, mira ahí viene Nati.

- Bien, aquí traigo vuestro arroz con costra recién hecho - dijo presentándonos la paella donde estaba servido -. Cocinitas me acaba de comentar que en cuanto terminé una vichysoise que está elaborando, sale un momento a saludarte.

- ¡Qué pinta que tiene Coci, te has lucido hoy! - afirmó Blanca mientras Coci colocaba la paella en la mesa auxiliar, y Nati empezaba a servir en los platos el apetecible arroz que nos acababa de presentar-. Por Dios, estoy deseando escuchar lo de la nevera y esos dos tunantes.

Oigo unos pasos que se acercan firmes hacia nuestra mesa, y me giro para ver de quién se trata. Es Majemar, que se une al grupo con cara de "Houston... volvemos a tener problemas" . Cuando llega a nuestra altura, me dice:

- ¡Sandra! ¿Me permites que me siente un momento? - preguntó mientras intentaba respirar con calma, porque es que entre las dos de recepción que no paran de perderse por los pasillos y Zipi-Zape, que no cesan de liar una detrás de otra, es que me falta el aire.

- Si, claro. Coge una silla y sientate. ¡No me lo puedo creer! ¿ya han hecho otra? - pregunté asombrada -. Y, ¿cómo sabes que eran ellos dos?

- Porque Gonzalo va dejando rastro por donde va... - Aseguró claramente, en un tono sarcástico -. Oyes su típico estornudo y dices ahí están liandola de nuevo. ¡Si es que va dejando huella!. La verdad que hoy los dos no pueden armar mucho jaleo debido al catarro que han pillado por lo de ayer. ¡Qué paciencia tengo...! Lo de ayer tuvo castañas pilongas... ¡Vamos que, vaya par! ¡Si es que tengo el cielo ganao con estos cuatro...! Bueno, os dejamos degustar vuestro sabroso menú, y luego me vengo y seguimos con el cotilleo, que tengo a las dos de recepción revolucionadas, y a punto de llevarse una sarta de collejas calmantes.

- Ja, ja, ja - Reí sin poderme aguantar hasta que las lágrimas me salieron-. Coci, cielo, ¿qué tal si acompañamos este arroz con una ensaladita valenciana de las que tu tan sabiamente preparas? -. Añadí guiñándole un ojo.

- Enseguida jefa, cuenta con ella en un periquete - me contestó -. Voy a recogerme con mis sartenes a seguir alimentando a la tropa, ja, ja, ja . Nati, avisame cuando llegue Maje de vuelta que quiero estar presente para contar la parte en la que fui testigo del gran acontecimiento de la fresquera.

Suena el walkie talkie de Maje. Es Luisi, la camarera de piso responsable de la planta VIP, la cual solicitaba la presencia de Maje, su jefa directa de inmediato. Mientras Nati nos servía el vino en nuestras copas, con objeto de degustarlo y ver si había alcanzado la temperatura adecuada. Le pedí que trajera una botella de agua, pues todavía le quedaba un grado y medio para alcanzar su temperatura ideal. La verdad es que con tanta risa, Blanca y yo estábamos sedientas, y un poco de agua aliviaría la situación. Nati, Coci y Maje volvieron a sus respectivas ocupaciones mientras nosotras, comenzamos a saborear ese preciado arroz. Unos minutos después, Nati nos acercaba la ensalada valenciana que había pedido.

- Tenemos un ratito para que me pongas al día sobre las entrevistas de las auxiliares de protocolo - comenté a Blanca, haciéndole una señal para que comenzara a contarme lo sucedido. Empieza por la barbieloca, que prefiero pasar el trago más amargo primero -. Dije haciendo una mueca.

- Ja, ja, ja ¡cómo eres Sandra! - exclamó divertidísima -. Pues la verdad, es que ha sido un poco subrealista, durante toda la conversación. Parece que confunde algunos términos por un lado, pero yo creo que si le meto caña, acabará por aprender mucho de esta profesión. Desde luego, en cuanto a imagen, no hay que enseñarle nada, sabe perfectamente combinar ropa, bolso y zapatos. Ahora bien, en el tema de confección de lista de invitados, ordenación de los mismos en una mesa, y demás... Eso es otro cantar. Pero esa parte se aprende, y ésta lo va a aprender muy rápidamente.

- ¡Buena eres tú si no lo aprende! ja, ja, ja - dije con una mueca de alto mando del ejército o Señorita Rottermeyer-. Estoy segura que no le vendría nada mal ¿Y la segunda candidata, qué tal? - pregunté mientras Denia, la sumiller, nos servía el vino en la copa, una vez alcanzada la temperatura ideal

- Pues, Erica es muy distinta. Es despierta, sabe lo que hace, tiene algo de formación protocolaria, y cuenta con recursos para actuar en casos de imprevistos - Afirma Blanca -. Además, puede despertar a la Barbieloca como tú la llamas, ja, ja, ja.

Terminamos de comer el arroz y la ensalada, y de degustar el Albariño, cuando Coci se nos acercó con un plato de delicattessen de bombonería y tartas varias. Justo en ese momento, llegaron también Maje y Nati que se volvieron a aproximar a la mesa, se sentaron en sendas sillas junto a nosotras, y empezaron a recordar detalle a detalle, la historia de "Zipi - Zape y la nevera industrial":

- Todo empezó cuando recibí una llamada vía walkie talkie de mis camareras de piso, avisándome que las dos de recepción Lauriya y Chuse, estaban haciendo de las suyas - comenzó a relatar Majemar -. Al parecer, de nuevo se habían perdido y casualidad de las casualidades, fueron a parar al Despacho de Gonzalo que no se como lo hacen pero ese, siempre lo encuentran. ¡Para mí que tienen fijación, no se si por el despacho o por los rizos de Gonzalo! Evidentemente, salí como una flecha hacía allí, y de repente, vi corriendo como almas que lleva el diablo a ese par de tunantes, bajando los escalones de tres en tres, en dirección a la cocina. Los seguí.

- Y atravesaron a toda velocidad el comedor, llevándose por delante a dos camareros con sus respectivas bandejas - explicó Nati -. Y todo lo que llevaban en las bandejas cayó por obra y gracia de la fuerza de la gravedad; y un trozo de melocotón en almibar que había en uno de los platos, acabo haciendo de sombrerito de un cliente calvo, que el pobre no entendía porque le caía por la cabeza aquel líquido pegajoso.

- Ja, ja, ja, ja - estallé en sonoras carcajadas -. ¡Qué pena habermelo perdido! Sigue contando.

- Ja, ja, ja, ja - río Blanca -. Si es que son la leche estos dos. Pobre señor.

- Pues, después de esa entrada triunfal llegaron a la cocina, y no contentos con lo ocurrido, hicieron lo propio con sartenes, ollas y demás - añadió Cocinitas -. No veas para limpiar después, había gazpacho, y espaguettis por todo el techo, paredes, armarios.

- Lo imagino si - afirmé sin poder parar de reir.

- Al momento aparecieron Lauriya y Chuse, que al verse descubiertas por mi salieron disparadas también hacia la cocina, con la excusa de que iban a tomar un tentenpié - explicó Nati -. Tal como aparecieron, desaparecieron por la puerta de la cocina.

- Y llegaron esas dos trastillos a la cocina, y al ver como estaba todo lleno de tomate por todos los lados y pasta cayendo del techo, empezaron a troncharse de risa - añadió Cocinitas -. A esto que los dos tunantes de Álvaro y Gonza, al verse perseguidos por estas dos, decidieron meterse dentro de la nevera industrial. Yo les pregunté que si tenían curiosidad por algo en concreto, y me contestaron que iban a comprobar directamente el estado de los costillares de cerdo, que se iban a servir en la barbacoa del cumple de Kiarita. Y allá que se fueron, y claro, con el despiste y las prisas se quedaron encerrados sin poder salir.

- Y ahí fue, cuando recibí la llamada de Cocinitas por el walkie que estaba justamente en tu despacho - recordó Majemar -. Ahí me enteré yo de como habían acabado los dos dentro de la nevera, y después acudimos tu y yo al rescate, con varias mantas. Lo demás, ya lo viste por ti misma.

- Si, ja, ja, ja - contesté -. Fue memorable, ¡ten pareja para ésto, menos mal que es un padrazo, y que conmigo siempre es muy cariñoso, que sino... a veces lo ahogaba con mis propias manos.

- ¡Mira quién viene por ahí! - exclama Blanca con una sonrisa -, hablando del Papa de Roma, por la puerta asoma.

- ¡Aaaatchissss! ¡ Ojú, vaya tela que constipado he pillado. No me vuelvo a meter en esa nevera ni aunque me paguen - asegura Gonzalo, mientras se acerca a mi dándome un beso en los labios -. ¡humm, mi medicina favorita! En fin, ¿ya sabemos que invitaciones vamos a mandar para la fiesta de cumple de mi Kiarita?

- Pues todavía no hemos hablado de ello - le contesté, mirándole con ternura, cuando se ponía tierno es que me lo comía a besos, y que me llamara su medicina favorita, como que me gustó -. Pero ya que estás aquí, te quedas un ratito, y lo comentamos. Chicas, ¿nos permitís un momento? No os vayáis muy lejos que tengo que proponeros un plan de actuación para los días del desfile de baño, y tiene que estar todo bien atado. Les guiñé el ojo. Ellas comprendieron enseguida de que se trataba.

- Yo he pensado - dijo Blanca-, que te voy a enviar vía mail unos links con formatos de invitaciones de cumple y eliges la que más te guste. En cuanto a comida, va a ser una barbacoa. Las mesas yo creo que lo mejor es tipo buffet y que los invitados se muevan alrededor de ellas, excepto la de los peques, que pondremos varias sillas estáticas altas para que los papis estén tranquilos. Como juegos a compartir entre mayores y peques, podrían ser carreras de sacos, al escondite, y cosas por el estilo. La apertura de regalos, yo creo que lo más conveniente, es conforme vayan llegando invitados se van abriendo los regalos y se disponen todos en una mesa auxiliar de gran tamaño, para que todo el mundo que llegue los vea. La vajilla será de dibus animados, Disney por ejemplo, que siempre gusta. Para entretenimiento, podríamos llamar a un cuentacuentos, payasos, e incluso alquilar algunos ponnies para los peques ¿qué os parece?

- No está mal, me gustan tus ideas - afirma Gonzalo -. Quiero que mi Kiara tenga la mejor fiesta del mundo. El hecho de que no hubiera podido estar cuando Kiara nació, le daba una impronta triste. No se lo perdonaba a si mismo. Si bien, había recuperado el tiempo perdido, dándole todo el cariño que se merecía su niña.

Miré el reloj, y vi que se había hecho un poco tarde. Me despedí con un ¡hasta luego, mi vida! de Gonzalo, y con un ¡nos vemos! de Blanca. Me dirigí a toda prisa a mi despacho a seguir. Llamé a Maje, Nati, Cocinitas y Aurora, para que viniesen de inmediato a mi despacho. Les tenía que proponer el proyecto "Espiando a Zipi - Zape" que se iba a poner en marcha durante los días del desfile de moda de baño. Al cabo de unos 5 minutos, estábamos reunidas las cinco en mi despacho. Les expliqué que las reuniones serían todas o en mi despacho o en el de Majemar, según nos conveniese en el momento indicado. Por otro lado, el lenguaje a utilizar sería tipo telegrama, aprovechando que todas ibamos provistas de Walky talkies. El tema de contraseñas y códigos de lenguaje a utilizar lo explicaría en una reunión mañana a lo largo de la tarde, junto con el reparto de tareas en sí. Y con esto, nos despedimos hasta el día siguiente. Después, recogí a mis niñas de la guardería, y a Gonzalo de su despacho y nos fuimos los cuatro para casa. Preparé la cena y mi príncipe encantador y yo nos vimos una película fundidos en un tierno abrazo.




domingo, 28 de febrero de 2010

Capítulo 1. El Hotel - Balneario y Spa "Rincón de Soto de La Vega: Su gran familia. II parte.

Recuerdos: De como fue el encontronazo con mis hermanos, Caye y Diego,
mi entrevista con Elena y Guti,
y de cómo conocí a mi nuevos compañeros de fatigas varias: mi mocho y mi bata azul.




Tres días antes de la Fiesta (continuación)...
Siguiendo con la descripción del personal que forma la plantilla de este hotel, no se me puede olvidar, por su gran ayuda, paciencia, y por ser conocedora de todos los entresijos que ocurren en la empresa, nuestra Gobernanta del Hotel, majemar. No se como lo hace, algún día me tiene que contar el truco que utiliza de como le llega la información necesaria, para que todo discurra oportunamente. Cuando Alvarito y Gonzalo hacen alguna de las suyas, ella es la primera que se entera. Entonces, viene a mi despacho, con su gesto típico de "Houston, tenemos un problema. Zipi y Zape vuelven a las andadas", que primero me provoca una carcajada. Después, entre risas y dependiendo de la gravedad del asunto ocurrido mi gesto puede tornarse serio, e incluso llegar al enfado. No con ella, sino con ese par... Te tengo que contar mi querido diario, la anécdota de la nevera que ocurrió ayer por la mañana. Cada vez que me acuerdo, no puedo evitar el ataque de risa. ¡Cada vez que pienso en ese par..., jajajajajaja!
Entre sus funciones específicas está el encargarse de toda la sección de lavandería - tintorería, vigilancia de las camareras de piso en cuanto a cumplimiento de sus funciones, concretar que habitaciones están disponibles y avisar a recepción. Y cuales están por limpiar, y enviar a su tropa de camareras. Estas son entre otras muchas. La más importante, a nivel personal mío, vigilar a las dos niñas de recepción, por un lado y a Zipi y Zape por el otro. Bajo su mando están 5 camareras de piso (una por planta del hotel) Luisi, se encarga de la planta VIP, Eli Martínez, Brigit Savall, Penélope y Mony, de las restantes plantas. Todas con su Walkie talkie, en mano, dispuestas a acudir ipso facto, donde son requeridas. He de decir, que se trata de un equipo muy unido que sabe hacer muy bien su trabajo.
En el Departamento de Recepción, nos encontramos a dos profesionales que son Lauriya y Chusetillas. ¡Me traen las dos por la calle La Amargura! La una que se pierde por los pasillos y luego, no recuerda el número de la habitación a cuyos clientes debe atender; la otra, que le encanta hacer carreritas por todo el hotel, y las dos que casualmente acaban justo en el despacho del Director Ejecutivo de Marketing, osea mi Gonzalo. ¡Majemar, no se cuántas te debo ya por saber mantenerlas a raya! ¡No se que haría sin tu ayuda!.
¿He comentado antes que tenemos Guardería en el hotel? Pues si, la tenemos, y es que así, pues nuestros peques están cerquita, y les podemos echar un vistazo. Por supuesto, no sólo está a disposición del personal del hotel, sino que se ofrece a los clientes la posibilidad de estar disfrutando de unos masajes u otros tratamientos mientras sus hijos están pasándoselo pipa con otros peques. Mis dos niñas, Kiara y Cristy, y la de Bea, Carly, asisten a la misma. Al cargo de la Guardería, tenemos a una profesional increíble, que no sólo cuida a los peques de 0 a 3 años, sino que asume la dirección de este departamento, de forma impecable. Su nombre es Lidia, y junto a ella, Raquel, que imparte clases a niños de 3 a 5 años y ejerce las funciones de Logopeda.

Cuando se nos estropean los ordenadores, con ese don de la oportunidad de que ocurra en los días de mayor stress, contamos con la ayuda de Tesa, aunque nosotras la llamamos Wavi. Ingeniera Superior de Informática, puede con todo gusano, troyano, etc que pululan por los infinitos mundos de internet. Nuestro hotel ha mejorado mucho su presencia online gracias a la tremenda labor que Wavi ha desarrollado. Y en un hotel como éste, siempre hay reformas que hacer, y la persona que se encarga del diseño y desarrollo de las mismas es Susan C., Aparejadora titulada o lo que es lo mismo Arquitecta Técnica. Ahora mismo está construyendo una Pérgola para el jardín principal rodeada de banquitos, para el disfrute del paisaje de la Sierra.

En la parte correspondiente al Balneario y Spa, nos encontramos varios departamentos, al frente del mismo, se encuentra el Equipo Médico, formado por una endocrino, Conchi Martín; una fisioterapia, Ibel; dos traumatólogos, Rilla y Elisabeth; una dermatólogo, Ruperta; y cuatro enfermeras, Sisona, Angui Estebán, y Angeles San Miguel. Este lugar es visitado numerosamente por ese par..., debido a sus contínuas tropelías.

Si importante es el equipo anterior, el que paso a presentar ahora no lo es menos. Se trata del departamento de Masajes, aromaterapia, baños de barro y aguas medicinales (termas). Seis profesionales componen este equipo, que no solo te garantizan una relajación y buenos tratamientos, sino que además practican la risoterapia. ¡Vamos, que si no te ríes con ellas, es que el sentido del humor te flaquea! Al frente del mismo, está Aurora, para nosotras, La Petu, y bajo su mando Susana Romero y Miss, en aromaterapia, Patry y Akisa, en Termas, y Dunai, masajes orientales y tratamientos con barros. Con ellas monto yo los 112 en recuerdo a los que solíamos hacer en Bulevar 21, y solucionar no se si solucionamos algo, pero alegría no nos falta.

En piscinas, contamos con un equipo de monitores de natación terapeútica y de socorristas. La Jefa de este departamento es Marta Bello, y de ella dependen Sofía y Cristina Carrillo como monitoras de natación; Cristina Huete y Arancha Comp. como socorristas.

Acabado el organigrama os diré, que Blanca, la Jefa de Protocolo ha convocado con objeto de un importante acto que se va a realizar proximamente en el hotel, dos selecciones de personal. Se van a necesitar, en primer lugar, dos auxiliares de protocolo, y hoy mismo va a tener lugar. Al parecer, la segunda es una selección de Vigilantes de Seguridad, o como dice Blanki, ¡todo un señor casting de chulazos cachas!

Me dirijo pues, con paso firme hasta su despacho, para conocer de primera mano a las candidatas a auxiliares protocolarias. Y cuál fue mi sorpresa cuando me encontré a una de ellas. ¡No podía creermelo, me volvía a topar con la Barbieloca! Allí estaba de nuevo, con esos aires de superioridad, su típico "no me toqueessss" cuando alguien se le acercaba, su "byes - Byes" para echar de su lado a la gente, sin olvidar su famoso "Tuuuuu...", cuando las cosas no le salían como ella quería. Y que deciros, de su magnífico vocabulario, todo un diccionario completo de disparates, acompañados de su sonrisa. Y sigue siendo igual de rubia, de bote, claro está, muy rubia. Y tonta, muy tonta. ¡No le arriendo las ganancias a Blanki con ella dentro del equipo! En ese instante, llegó la otra candidata, Erica, la cuál daba la impresión ya a primera vista que tenía más neuronas en la cabeza que la barbierubia. Guiñé un ojo a Blanca, diciéndole por lo bajo, que ya me contaría durante el almuerzo como había ido todo, mientras degustaríamos un arroz con costra, típico de la zona de Alicante.

- Que distinta es mi vida hoy en comparación a la vivida en Bulevar 21 - pensé mientras me volvía con paso firme pero lento hacia mi despacho. Cuando llegué telefoneé a nuestra Maître, encargando el arroz con costra para el almuerzo-. Dile a Cocinitas que le ponga todo su esmero, como ella sabe. Nos vemos después, por cierto, una botellita del Albariño Mar de Frades, reserva del 2005, no estaría de más para acompañar ese arroz.

Cuatro años atrás, mi vida cambió de rumbo...

Todo empezó con esa famosa cena a la que el impresentable que Alvarito era por esa época me citó, con el sólo propósito de conseguir mi voto, a cambio de liarse conmigo, vamos de engañarme. Al día siguiente, cuando me percaté de la jugada de Alvaro, decidí no presentarme a la Junta a la que debía asistir. Tuve que salir de casa de forma apresurada, al tener un accidente en la ducha y romperme la nariz. ¡otra rinoplastia, cómo no llevaba varias operaciones de cirugía estética, otra más que se sumaba a ese record! Y además me encontraba fatal, por lo que decidí ingresar en un centro de relajación, dando a entender que había desaparecido del panorama de bulevar 21. Total mis hermanos tampoco iban a notar mucho mi ausencia, no les importaba en absoluto.

Días después me reuní con mi psicoterapeuta, mi gran amiga Doris. ¡Aunque he de decir que gratis no me salía, que me costaban mis buenos euros sus acertados consejos, 70 Euros la hora! ¡Jesússssssssss bendito! Le conté lo ocurrido y me hizo pensar en cambiar hábitos de mi vida. Y entre otras cosas, debía ir a Bulevar a encontrarme con mis hermanos. No me hacía ninguna gracia, pero no me quedaba otra. Al llegar allí, y con las pintas que llevaba (me puse una peluca rubia, que parecía un pelaje de gato escaldao), el guardia de seguridad no me reconoció, ni tampoco mi hermana y ni siquiera Alvarito. Se pensaron los desgraciados que venía a pedir limosna, ¡yo, Sandra de La Vega, pidiendo limosna! ¡Amossss, andaaaaa! Tuve el tiempo justo para entreleer en un listado que tenía la recepcionista el nombre de Sonsoles Prieto, y de repente, se me ocurrió una idea. Iba a hacerme pasar por ella, de forma que siendo otra persona y al pasar desapercibida iba a poder controlar los entresijos de Bulevar desde el silencio.

Y conocí a Chusa, la recepcionista, y a Elena, la Secretaria de Personal, que me hizo la entrevista, y tras una conversación de truquitos de limpieza, que parecía su monólogo, porque yo no tenía ni papa de idea, aunque lo disimulé perfectamente. Intuí enseguida que me iba a llevar de cine con ellas. ¡Conseguí el trabajo, no me lo podía creer, y encima me iban a pagar por ello! Firmé mi contrato laboral y seguí a Elena, quién me iba a presentar a mis compañeros de fatigas: mi bata, del siglo antes del invento del glamour, y mi mocho. Y ese carrito de la limpieza, el cuál iba cargado hasta los topes de productos de todas clases: que si balletas, que si trapitos, que si la escoba, el recogedor, las bolsas de basura grandes, las de papelera, el limpiacristales, y un largo etc. ¡Me aprendería todos los nombres! Estaba segura de que si.

¡Qué corte pasé, por el amor de Dios, creí que el mocho era un compañero cubano, musculoso, guapetón, un chulazo vamos...! Nada que ver, de Albacete era el susodicho, mejor dicho la susodicha, porque cuando me quedé sola con el carrito, el mocho y mi bata azul, ocurrió algo inesperado. El mocho era un palo largo, con un recambio de tiras amarillas, y según me dijo Elena, dejaba los suelos como los chorros del oro. La Bata y el mocho comenzaron a hablarme. Al principio, creí que me estaba volviendo loca. ¡Juzguen ustedes!

- ¡Holaaaaaaaa, pssssssss, me llamo Vero y soy tu bata! - me dice, mientras me la ponía.

- ¡Ehhh, huys por Dios, una bata que habla! - dije yo, flipando a cuadros con lunares.

- Siiiii, tengo vida propia, pero sólo tu me puedes escuchar, bueno tu y aquí la fregona, que se llama Lucía, que también tiene vida propia.

- ¡Ahhh, ya! - no daba crédito.

- ¡Miraaaaaaaaaaaaaaaaa, como patino, jejejeje! - me dice el mocho o la fregona, mientras sale disparado patinando por los baños de bulevar.

- ¡Eh eh eh eh, cuidadooo que nos tiras al suelo! - le grité, mientras seguía mirándolas con cara de alucinada.

- Es mi deporte favorito, el patinaje, jejeje. Sobretodo, en ese despacho de ahí al lado el de la Dirección General, donde está mi Alvarito - me dice la fregona con toda su cara -. Es que soy Alvarista 100%, ¿sabes?

- Bueno que, nos ponemos manos a la obra, ¡qué empiece la función! - disimulando no haber oído la última frase de la fregona.

- ¡sonsoles tienes que llenar el cubo de agua! - me dice la bata toda seria -, ponerle ese líquido con olor a limón, dos tapones, y dejar que Lucía se meta en el cubo y enseñarle a escurrirse que lo pone todo perdido.

- ¡Gracias por el consejo, Vero, mi preciada bata! - le contesté.

Salimos del baño y empecé a limpiar los despachos y cuando iba a pasar ya la fregona al terminar, vi que Lucía había formado un gran charco en el suelo de agua y limpiasuelos. Salí corriendo despavorida hacía ella:

- ¡Lucía, Lucíaaaaaaa! - grité -, pero, ¿qué haces mochito míooooo? que estás poniendo todo encharcao, que en vez de ser el suelo de Bulevar parece que estemos en el Lago Ness, y a este paso, nos sale hasta el mostruo desde las profundades marinas. ¿quiés pararrrrrrrrrr?

- ¡Valeeeeeeeee, me escurro! Mira cómo me escurro, si yo se solita - me dice sonriente -, mientras a mi me da un ataque de risa de esos que no puedes parar y acabas con lágrimas en los ojos -, y veo que empieza a dar vueltas sobre si misma, con pasitos cortitos-, ¡tachannnnnnnnnnnnnnnnnn, ya está, escurría!...

Conversaciones como ésta las tenía a diario, pero merece la pena recordar la primera por como fue...

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miércoles, 24 de febrero de 2010

Capítulo 1. El Hotel - Balneario y Spa "Rincón de Soto de La Vega: Su gran familia. I parte.

Recuerdos: De como fue el encontronazo con mis hermanos, Caye y Diego,
mi entrevista con Elena y Guti,
y de cómo conocí a mi nuevos compañeros de fatigas varias: mi mocho y mi bata azul.
Tres días antes de la fiesta...
¡Menudo día me espera, querido diario! La mesa de mi despacho ni se ve de tanto papeleo que tengo por encima. Y es que esto de sacar adelante un hotel de cuatro estrellas Balneario y Spa, con opción a subir a cinco, lleva detrás un gran trabajo de equipo, que paso a presentar ahora mismo.
Como Socia tengo a mi Bea, que tras dejar Bulevar 21 después de su boda con Alvarito, decidieron los dos unirse a éste, mi gran proyecto; después de esa pedazo de luna de miel que se pegaron los dos en un velero: ¡que no se puede tener más arte!. Evidentemente, no podía desaprovechar la gran valía de Bea como profesional, mi gran confidente y amiga. ¡Hay tantos buenos momentos vividos entre las dos! ¡Formamos un buen equipo de Dirección! Motivo por el cual, yo ejerzo la presidencia de la compañía y Bea se encarga de la Dirección General del Hotel. Mano a mano, siempre juntas, dos cabezas pensantes, una más loca que la otra, la mía por supuesto, la de Bea la tiene bien puesta sobre los hombros, siguiendo el mismo camino, la misma dirección: buscar el éxito de nuestra empresa y luchar por ello. ¡Ah, y las dos somos mamás! Bea y Alvaro también tienen una hija de dos añitos, Carli, y otro bebé viene en camino. ¡Creo que hice bien en plantearme lo de poner una guarderia dentro del hotel!
No hay presidencia de compañía que se precie, que no tenga su Secretaria de Presidencia y su Secretaria de Dirección General, quienes trabajaran mano a mano igualmente junto con Bea y conmigo. Dos profesionales como la copa de un pino son Isa, mi secretaria presidencial y Lau-asturianita como secretaria de Dirección. Dependiendo de ellas dos, nos encontramos al departamento de Contabilidad y Administración, y al frente del mismo, tenemos a otras dos profesionales: Mamen_m., que se ocupa de la parte Contable, y Ana W. que lo hace de la administrativa, en cuanto a facturación, bases de datos, y papeleos varios.
Como Ejecutivo de Marketing, Publicidad y Comunicación, tengo a Gonzalo de mi corazón; que lo tengo atado en corto, porque de vez en cuando, me anda haciendo unas trastadas que ni te cuento, diario mío. ¿Qué te voy a contar de mi rizos que tu no sepas? Qué tiene mucho arte para camelarme, que lo quiero más que a mi vida, que me hace reir a cada momento, aunque de vez en cuando me de algún disgustillo. Y en cuanto a trabajo, bueno, se ha puesto las pilas, ya no es esa bala pérdida que solía ser, pero tampoco es un currante nato, ¡las cosas como son! Peeero, ¡a mi me trae loca, vamos, que me ponen esos rizos más que a un tonto un lápiz! Más tarde, te contaré en secreto varios de los jueguecitos que nos traemos los dos, cuando las enanas por fin se duermen, aunque no te voy a dar detalles, te los cuento por encima que esas cosas son de dos.
Ni que decir tiene, que este Departamento cuenta con profesionales del Marketing directo, promocional a nivel turístico, que se deshacen en ideas creativas, publicitan a nuestro Hotel en los mejores medios de comunicación, especialmente agencias de viajes y revistas especializadas. Buscan patrocinadores que puedan sufragar parte de los costes de los eventos que se realizan con asiduidad en nuestra compañía. Destaco en primer lugar, a Ana y a Lau, la primera ocupa el cargo de Secretaria Ejecutiva del departamento, la segunda controla todo el tema de Publicidad y Marketing, y entre las dos, meten en cintura a Gonzalo. ¡Claro que de vez en cuando me toca echarles un cable en esta materia, pero en fin!
Eventos y Comunicación externa, cuenta con otras dos profesionales de rompe y rasga: Blanca, como Jefa de Protocolo, Organización de Eventos y Relaciones Institucionales, a la cual no se le pasa ni una sola precedencia, y no hay quien le tosa en cuanto a peinado de mesas, listas de invitados, y todo lo que conlleva la producción de los eventos a realizar ¡Buena es ella para eso! Dedette, nuestra chica francesa, es la Segunda de abordo del departamento, que tiene toda la gracia del mundo para poner a cada cuál en su sitio. He de confesar que consigue arrancarme carcajadas en momentos de stress, lo cual se lo agradezco enormemente.
Siguiendo con el Staff, como Ejecutivo de Compras, os presento a Álvaro, aunque ya lo conocéis de Bulevar 21. A ver, sigue siendo mono,pero sigue estando medio alelao, menos mal que Bea lo está espabilando poco a poco. ¡Lo de castrarlo de pequeño, se nos tenía que haber ocurrido! Fijo que no se metía entonces, en tantos problemas. ¡A este paso, me revoluciona a todo el equipo de masajistas, el de los chorros de agua, y un largo sinfín de etc, que parece la historia interminable! Cierto es, que a mi tigretón no le faltan admiradoras tampoco. Sobretodo, hay dos en recepción, que las he puesto ahí precisamente para tenerlas controladas. Ya te contaré, querido diario. ¡Vaya par! Este departamento no tiene Secretaria Ejecutiva, puesto que ya se encargan Administración y Contabilidad de llevar estos temas en cuanto a papeleo se refiere
En Cocina, comedores y Salones, tenemos a la Maître, Natalia (para los amigos y familia, natillitas), y dependiendo de ella, la Jefa de Cocinas, que le llamamos Cocinitas, por los platos tan maravillosos que nos hace, y de Sumiller, contamos con la valiosa experiencia en el tema de Denia, recién llegada de los Estados Unidos de América. Dependiendo de ellos, un sinfín de camareros, cocineros, pinches, etc.

martes, 23 de febrero de 2010

Preámbulo.

Ahora, que en la distancia observo lo ocurrido desde otra perspectiva. Ahora, que la vida me sonríe, y que volvió a mi lado hace ya casi dos años. Ahora, que asumió la paternidad adoptiva de Paula, y me dió dos preciosas niñas, Kiara y Cristy. Que con Kiara se perdió muchos de sus primeros detalles, pero los recupera cada día haciéndola feliz. Con Cristy, no se perdió nada y ahí estuvo y está, a mi lado en todo momento. ¡Aysss, está hecho todo un padrazo, con lo bala perdida que era! Pero, estas dos historias, te las contaré más adelante, pues merecen su espacio y dedicación por si solas.

Hoy, cuando celebramos el segundo cumpleaños de Kiara, me he propuesto contarte, mi querido diario, mi historia desde el principio. Desde ese día, en el cual al entrar en Bulevar 21 (la empresa que había formado parte de la vida de mi familia, en especial la de mi padre), observé en un listado, el nombre de Sonsoles Prieto. Por lo visto, tenía una entrevista para ser la próxima señora de la limpieza, y sin pensármelo dos veces, decidí hacerme pasar por ella.

¡Querido diario, me tengo que poner las pilas! La casa está manga por hombro, y la fiesta de mi pequeñaja casi sin preparar. Así que yo me voy a poner a limpiar, mientras Gonzalo se pone a inflar globos como para batir un record guiness. Desde la ventana de la cocina, observo a Gonzalo jugar con las niñas. Todo un coro de risas que llenan de alegría las paredes de esta casa. Suspiro y una sonrisa ilumina mi rostro. Miro el reloj y me doy cuenta de que Paula, mi ratón, está a punto de llegar de la Universidad. ¡Quién lo hubiera dicho hace unos años! Pues si, terminó la ESO ¡cuidado con el nombrecito! Hizo bachiller, y ahora cursa el primer año de Periodismo. La pobre acabó de servir cafés en Bulevar 21 hasta la coronilla. Y decidió ponerse a estudiar. Oigo que alguien abre la puerta de la entrada, y si, mi ratón aparece con su carita y su peculiar forma de saludar que me crispa los nervios y ¡mira que lo sabe!

- ¡Jo, vieja! ¡qué pedazo de atasco para salir de Madriles! – me dice.

- ¿Qué me has llamado? – le pregunto con mirada inquisitoria -. ¡Qué no me llames así, que te, que te, einnns!

- ¡Bueno! Pues lo que te contaba, que después de las clases, mazo rollo por cierto, me fui con los coleguis de la Uni a pimplarnos un refresquito. Y es que uno de ellos, se ha comprao un buga nuevo, nos lo ha puesto delante del careto y luego, pues me ha acercado a la paradita del bus. Y el bus ha pillado el atasco del siglo, así que por eso he tardao un poquito.

- ¡Buga nuevo, tu si que estás hecha un buga nuevo! ¡Anda, y échame un cable que tenemos trabajito de sobra hasta que lleguen los invitados! ¿Qué tal si vas preparando las mesas en el jardín, y ayudas a Gonzalo con las niñas mientras hincháis los globos de la fiesta?

- Hecho, cuenta con ello, mami -. Me dice sacándome la lengua, en tono burlesco.